Del homo economicus al homo curans
By Rocío Cota
El pasado martes tuve el placer de asistir al X Foro de Moda Sostenible cuyo tema versaba sobre «Las posibilidades del nuevo pasaporte digital para productos textiles» en el Hub Social de la Fundació Bofill . Gabriela Pedranti experta en comunicación y semiótica, en su introducción como facilitadora de la mesa redonda nos hizo un resumen de la regulación del pasaporte y sus resquicios legislativos, hablando de un tema si cabe mucho más relevante, la necesidad de transformar el léxico que envuelve al consumismo, haciendo referencia a Mary Copeny, una activista americana, que sitúa en su discurso el cambio de la palabra consumidores por cuidadores, trasladándolo del homo economicus al homo curans, una actividad que define mucho mejor nuestra naturaleza como especie. Esta trasposición no es baladí, sería muy esperanzador que estos nuevos términos se expandan y que en un posible ministerio del futuro abogara por un lenguaje “inclusivo” con nuestra biología y, por tanto, por la posteridad de la vida en el planeta.
Con Mireia Cazador Casas de FOLGAROLAS TEXTIL ubicada en Terrassa, pudimos visionar cómo es la práctica de llevar esta trazabilidad y datos cuantitativos de impacto medioambiental a una empresa textil mostrándonos datos y la longitud de producción de dos de los textiles de 4.000 a 20.000 km, cuya información ya están implementando en herramientas internas digitales para dar servicio a muchas de las marcas francesas para las que tejen.
Me resonó la aportación que hizo Magui Caviglia Cardone fundadora de Usar y reusar situando el hilo del debate en la preocupación de quien va a contar toda esta información al “cuidador”, poniendo sobre la mesa la cuestión de como éste va a saber que productos tienen bajo impacto, si los datos que nos da la herramienta son relativos y nos hace preguntarnos cuántos kilómetros corresponderían a un producto ético. Efectivamente su miedo está justificado porque el pasaporte, al igual que otras herramientas de evaluación deja muchos aspectos de los impactos medioambientales y sociales y pone más al descubierto si cabe la necesidad de una herramienta en términos absolutos cuya base sean la urgencia, los límites planetarios sobrepasados y la justicia distributiva y medioambiental en la que podamos saber si un producto es ético y responsable. Respecto a este tema hice hincapié en mis aportaciones al debate, ya que en un estudio que estoy realizando sobre caracterización cualitativa de materiales en contexto ético estoy definiendo parámetros y rangos para ayudar a definir la eticidad de un material de manera absoluta, uno de los cueles es la longitud de producción intermedia, la cual situó en bajo impacto en menos de 500 km, dato respaldado por diversas certificaciones.
Así con el enfoque sobre el decrecimiento en la industria textil Gabriela nos recordaba la necesidad de dar un salto de escala en el lenguaje para pasar de sostener a regenerar. Este tema siguió con Montse Bayen cofundadora del proyecto @Back to eco y con Nicholas Owen , como representante de la marca TWOTHIRDS SLU empresa en la que es responsable de sostenibilidad. Nick nos habló de la solidez y visibilidad que están cogiendo las propuestas académicas respecto a este tema las cuales se encuentran en gran parte vinculadas a el organismo de investigación de consumo Noruego y añadiría que también se asoma en los briefings europeos gracias a ellas, porque somos en su mayoría mujeres las que representamos esta posición. Nos mencionó una empresa internacional, supuesto adalid de la sostenibilidad, que ya está hablando entre “bambalinas” de decrecimiento, sumándose a la posición compartida de que este decrecimiento no está yendo con la rapidez que exigirían las urgencias climáticas, de hecho, la producción sigue creciendo cada año. También nos comentó como muchas marcas están mirando de soslayo a las practicas sostenibles de Twothirds. En su andadura de más de 14 años han funcionado con ventas directas al consumidor basadas en su mayoría en el sistema de Pre-order (este año que han añadido además el sistema B2B), cuyas virtudes y desafíos serían muy interesante diseccionar para un próximo encuentro sobre las bases para el decrecimiento en la moda.
Miriam trajo el debate la reconsideración del reciclado textil y como en los fondos europeos se ha focalizado mayormente a la industria del reciclaje, puntualizando la necesidad de invertir en aquellas empresas locales asentadas durante generaciones que promueven el desarrollo local para ofrecer a los trabajadores una mejora en condiciones laborales. Magui tiró del hilo de la ilusión del reciclaje, haciendo mención a Nicolás Olea, hablando sobre la rapidez que ha tenido la industria para transformar las botellas de plásticos en textil antes que comprender la toxicidad de las prendas sintéticas recicladas. Nick Owen al finalizar el debate nos sacó un tema crucial haciendo alusión a un estudio de una marca de sobreproducción (otro término que sumar para sustituir al fast-fashion) en el que se concluía que el mayor consumo de moda lo hacen las mujeres de 35 años y yo auguraría a situarla en ámbitos metropolitanos. A él le sorprendía la edad, a mí me recordaba cuan necesario es situar el género en este debate. El desafío de la moda es de género y de descentralización de la población, pero esto lo profundizaré en un próximo articulo al que le tengo muchas ganas.
Quiero acabar con un agradecimiento a las integrantes voluntarias de la Asociación de moda sostenible, vertebradora de este evento y a su fundadora @Maria Perez-Hickman que pese a las vicisitudes que nos vamos encontrando por el camino sigue teniendo la rectitud necesaria para la coherencia y llevarla a la práctica. Nos vemos en la siguiente edición, cuidadoras.
Aquí el enlace de toda la grabación: https://youtu.be/omHfRIUbdVU